Clandestino

Todos los últimos viernes de mes, en la muy noble y leal ciudad de Boston, se celebra ‘Clandestino – La noche del rock en español en Boston’. La idea de este evento es tener una noche sólo con música en español, básicamente pop y rock: desde los ritmos ochentenos de Alaska y Dinarama, Siniestro Total u Hombres G, a Estopa y otros grupos más recientes, pasando por multitud de grupos latinoamericanos, Los Rodríguez, Café Tacuba, Soda Stereo, Bacilos, Los Enanitos Verdes y otros grupos de cuyo nombre no puedo acordarme. El que lo organiza, Christian, un peruano (creo), que a veces se apunta a nuestros partidos, nos invitó a los del fútbol de los fines de semana a que nos pasáramos por allí. Aproveché para decirle a algún amigo de la escuela, y allí me fui finalmente con Alexandros. Mi plan consistía en estar por allí un rato, quizá tomarse una cervecilla y volver a casa pronto, para poder aprovechar mejor el sábado. Pero allí nos encontramos con más gente, que si los del fútbol, que si otros estudiantes/postdocs de la escuela, que si algún conocido de otro evento/fiesta/salida/sarao, y allí nos quedamos hasta la una. Y eso es porque cerraron el bar (¿por qué cierran todo tan pronto en Boston?) Como todavía estábamos animados, hacía buena noche y hay que aprovechar que somos jóvenes [Inciso: por supuesto que a los treinta uno es joven, por si a alguien le queda alguna duda], nos fuimos a mi casa a continuar la velada. Además de Alexandros, nos acompañaron Eirini, una amiga de Alexandros, también griega, que estudia en HSPH, y Patricia, la compañera de piso de Eirine, una española que está haciendo un máster en MIT. Ahí estuvimos un rato tocando la guitarra—Alexandros le da bastante bien al tema—y hablando. La guinda de la noche. Entre unas cosas y otras, me fui a la cama casi a las tres. Claro, esta mañana, cuando ha sonado el despertador para ir a jugar al fútbol, ha costado despegarse las sábanas y calzarse las botas. Pero, por si os queda alguna duda, he llegado puntual al ‘campo de fútbol’, el JFK Park, y aunque no he marcado ningún gol, me he dejado la piel en el campo. Como debe ser.

Aquí os dejo una fotillo de la noche pasada. De izquierda a derecha: Alexandros, Eirini y Patricia.

¡Por fin es viernes!

Hoy viernes, mañana sábado, el siguiente domingo y después lunes otra vez. Me he estado haciendo una lista de asuntos pendientes para este fin de semana, y creo que me van a faltar horas durante el fin de semana. Los proyectos de mi jefe, los deberes del curso al que estoy asistiendo, algún proyecto con gente de Navarra. Y, claro, como el fin de semana no puede ser todo estudiar, tengo que incluir la pachanga futbolera con la colonia española, y posiblemente una peliculilla mañana por la noche (sugerencia de Alexandros, el griego). Eso sin contar que debería hacer la colada, limpiar un poco, ir de compras. Y no penséis que me quejo, sino todo lo contrario. Me alegra muchísimo saber que si me aburro es porque quiero y no porque me falten ocupaciones.

Ricardo y Chus se volvieron a España el miércoles. Yo creo que han disfrutado de la visita, a pesar de que hemos tenido que compartir la única habitación de mi humilde morada. Lamentablemente, los dos últimos días de su estancia en Boston no les pude dedicar mucho tiempo por el trabajo, las clases de inglés, mis arbitrajes de fútbol y algún otro plan que me salió de propina. Como le decía a una amiga el otro día, tendría que aprender a decir no.

Por cierto, ya tengo billetes para ir a España en Navidad. Cojo el avión el 14 de diciembre por la tarde (llegada a Madrid el 15, viernes, por la mañana). Vuelta a Boston el 4 de enero. Tres semanitas. No está mal, ¿eh? El otro día, cuando le pedía permiso al jefe, él me dijo que hiciera lo que quisiera, porque el esos días no está en Boston. Luego me pregunto si este año correría la San Silvestre. JesusMari… ya sabes, ahí estaremos. Y a l@s demás, ya podéis ir entrenando. Miriam… después de sacarte el carnet, ¿qué es una carrera de diez kilómetros?

Poco más por aquí. Os dejo por aquí una foto que me ha enviado una amiga de Pamplona que ha tenido la suerte de estar recientemente de vacaciones en Roma. Para que no sean todo fotos de por aquí.

Visitas desde España

Este sábado por la mañana llegaron a Boston, desde Nueva York, Ricardo Aroca y su mujer. Para los que no lo sepan, Ricardo fue compañero de piso en Pamplona por cinco años. Cuando acabó la tesis se fue a San Diego, California, donde pasó tres años, conoció a la que es su mujer, Chus, también española, se casó, y ahora vive en Granada (España), investigando en un instituto del CSIC.

Como, a pesar de vivir tanto tiempo en los USA, ni Ricardo ni Chus habían estado en la Costa Este, se han tomado una semana de vacaciones para conocer NYC y Boston. Llegaron el miércoles a la Gran Manzana, se recorrieron Manhattan de cabo a rabo—agotador, como Francis puede atestiguar—y el sábado aterrizaron en Logan International Airport, el aeropuerto de Boston. Durante el fin de semana les he dado unas cuantas vueltas por la ciudad y he demostrado que a pesar de llevar dos años aquí dejo mucho que desear como guía turístico. Hoy se iban a Salem, donde las brujas, y el miércoles por la mañana se vuelven a España.

Esta visita me ha ayudado a descubrir que mi apartamento, a pesar de ser un poco pequeñajo, permite que vivan tres personas. O que por lo menos duerman, que no es poco. Además, hemos aprovechado para recordar los viejos tiempos, que cinco años en Pamplona nos dieron para mucho. Yo creo que la pobre Chus está empezando a estar harta de nuestras historias.

Encuesta en El Mundo

El Mundo acaba de comenzar una encuesta preguntando si creemos que el Papa cometio un error 'en sus declaraciones sobre el Islam'. Si alguno quiere votar, podeis ir a esta pagina.

Entrevista

Me comenta Miguel Angel Martinez desde Pamplona que han publicado en la red una entrevista que me hicieron sobre uno de los articulos de mi tesis. Pinchando aqui la podeis leer.

Mount Washington (2) y un asuntillo

Ayer, Jake, uno de los que vino a Mount Washington hace diez días, me envió sus fotos del viaje. Aquí os dejo la foto que nos tomamos en la cima. De izquierda a derecha: Gretchen, June, Lope, Marketa, el menda y Jake. Como podéis comprobar, el sol no se dejó ver mucho en la cumbre.

Por cierto, ya que estamos, os pido que recéis por un amigo mío, que está pasando un momento duro por diversos motivos. Seguro que lo agradece.

Dos años, y suma y sigue

El pasado miércoles, día 13, caí en la cuenta que ya hace dos años que puse mis pies por primera vez en Boston. Volviendo a casa, por Massachussets Avenue, recordaba cómo había echo ese mismo recorrido hacía exactamente dos años antes, cargado con mis maletas, ilusiones y proyectos, y cómo me ha cambiado la vida desde entonces. Ya sabéis. Haciendo balance de todo este tiempo, no sólo puedo decir que la botella esta medio llena, sino que está casi a rebosar. Bien es cierto no todo han sido experiencias positivas, y ha habido que soltar alguna lagrima por el camino, pero así es la vida, ¿no? Además, he tenido la fortuna de conseguir ver el lado positivo a los malos tragos. Y, al final, creo que he aprendido mucho, mucho, mucho. Gracias a Dios y gracias a los que, a pesar de los miles de kilómetros que nos separan, habéis estado cerca cuando me ha hecho falta. Tengo una familia y unos amigos que no me merezco.

En fin, que me pongo sentimental. Volviendo a tocar tierra, el fin de semana ha sido excelente, aunque menos productivo de lo que yo esperaba. El viernes por la noche estuve con unos amigos en el cine. Esta vez fuimos a ver ‘Mutual Appreciation’, una película independiente, de bajo presupuesto, sin actores conocidos, pero muy buena. La historia, básicamente, es de un tipo, Alan, ventimuchos años de edad, que se va a vivir a Nueva York desde Boston para comenzar en serio su carrera musical. Pero eso es lo de menos. Lo más interesante es como el director trata sobre las relaciones de Alan con viejos amigos y con la gente que va conociendo a medida que intenta hacerse un hueco en la Gran Manzana. Me encantó como el director consigue meterte en medio de las escenas, en las conversaciones, haciéndote ser uno más en el círculo de Alan. No creo que esta película llegue a España, pero para los cinéfilos es un ‘must-see’. Y si no me creéis, leed las críticas en Rotten Tomatoes.

Eso fue parte del viernes. Ayer, sábado, tuvimos la ‘fiesta’ de comienzo de curso del departamento de Epidemiología, en un restaurante en Quincy Market, en pleno centro de Boston. Luego, por la tarde/noche, la fiesta continuó, esta vez con amigos de la escuela, en Mojitos, un disco-bar-pub en Boston. Hoy por la mañana fútbol con los españoles y por la tarde, finalmente, un poco de trabajo para que la conciencia no me remuerda por haber estado de parranda todo el fin de semana. En fin, muy ocupado, como siempre.

The Worst Music Videos Ever

Como supongo que aqui cabe de todo, os dejo un link que me ha enviado Dary Mozzafarian, un amigo de la escuela, con un especial del Boston Globe con los peores videos musicales de la historia. Es tonto, pero seguro que provoca una sonrisa en algun@. Sobre todo, porque estos videos musicales van en serio, no como el de 'Amo a Laura'. Lastima que no hayan incluido videos espannoles, estoy seguro que la movida madrilenna de los ochenta produjo autenticas piezas de museo.

Clases de ingles

Ayer pensaba dejar un post en el blog comentando que había comenzado un nuevo curso de inglés. Entre que llegué tarde, que Internet no funcionaba bien, y que estaba mentalmente con el piloto automático, lo he tenido que dejar para hoy. Ahora, aprovechando un momento de relax, mientras me tomo el café de después del almuerzo, voy a ver si consigo acabar esto.

Como decía anteriormente, ayer por la noche tuve la primera clase de mi curso de inglés avanzado. Esta vez las clases tienen lugar en el Boston Center for Adult Education, muy cercita del Public Garden, en pleno centro de Boston. Desde luego que me vendría mucho mejor ir a clases en Cambridge, pero esta vez no había ningún curso de inglés a nivel alto que tuviera un horario que encajara con mi trabajo. Alguno pensará que, después de dos años aquí, tendría que ser casi bilingüe. No es así. Creedme, todavía tengo mucho que aprender. Quizá cuando acabe este curso—son seis semanas—decido ponerme a estudiar inglés por mi cuenta. Sin embargo, me temo que eso se quedaría en buenas intenciones y al final me dedicaría a otros menesteres, menos provechosos, sí, pero más relajantes para después de la jornada de trabajo.

En clase estamos un grupo pequeño, tres brasileños, dos japoneses, un lituano, una mejicana, una salvadoreña, un iraní, y yo mismo. La ventaja de ser pocos es que es mucho más sencillo interaccionar unos con otros y te da menos corte demostrar que, efectivamente, te conviene seguir asistiendo a clases de inglés. La clase termina a las nueve y cuarto de la noche, lo cual no es especialmente cómodo, porque entre unas cosas y otras no llego a casa hasta poco antes de las diez. Eso significa que únicamente me queda tiempo para cenar, chequear el email (si Internet funciona), leer un ratillo y a dormir.

Por lo demás, algunas otras noticias en mi caza de un puesto de trabajo. Hoy me ha llegado una oferta, a través de la Sociedad Española de Epidemiología, sobre una importante compañía farmacéutica que necesita un epidemiólogo en Madrid. El puesto tiene buena pinta y probablemente les envíe mi CV y tal, a ver si se animan a entrevistarme cuando, cual Almendro, vuelva a casa por Navidad. Del resto de las posibles opciones, no hay nada nuevo. Os mantendré al tanto.

Mount Washington

Estos cuatro últimos días han tenido interesantes momentos. Ya tengo casi todo ordenado en el apartamento. Todavía no he decidido cómo colocar los (pocos) cuadros que tengo y si debería comprar algún otro para darme un tono más hogareño. Aun así, el jueves, cuando volvía del super de hacer la compra, invité a Carlos Garde, el pamplonés viviendo en Elmbrook, a que se pasara por mi casa para tomar una Sam Adams. El martes pasado empezó las clases en Boston University y, por el momento, está contento con las clases. Ahora, su mayor preocupación es decidir sobre el lugar donde hacer las prácticas correspondientes: ¿quedarse en Boston o darle una oportunidad a Nueva York? Yo ya le he advertido que ir a vivir a Nueva York puede ser una experiencia única pero que es una ciudad muy poco hospitalaria, donde le será difícil encontrar un sitio para vivir y, por supuesto, que le saldrá todo muuucho más caro. De todos modos, todavía es pronto para decidir.

Este fin de semana, a pesar de que anunciaban posibilidad de lluvia y tormentas en New Hampshire, nos fuimos a Mount Washington, el punto más elevado del Noreste de los EE.UU (6288 pies, 1917 metros de altitud). Salimos de Boston el viernes por la tarde, pasamos la noche en una casa de campo de los padres de Gretchen, la organizadora de la excursión. El grupo lo componíamos Lope, June, Gretchen, Marketa (una checa, o sea, de la República Checa, que vive con Lope y Gretchen, y que está haciendo el doctorado en Northeastern University, Boston), Jake, que es un amigo de Gretchen, y yo. La noche en la casa de campo fue divertida. Mientras degustábamos una botella de vino y unos snacks estuvimos contando historias de miedo, al más puro viejo estilo: luces apagadas, atmósfera de suspense. Fue divertido ver como algunas se revolvían en el sillón un poco asustadas—que nadie me tome a mal, pero los ‘chicos’ no manifestaban estar asustados, ¿más autocontrol, quizás? A la mañana siguiente, temprano, salimos en dirección a la base de Mount Washington. El día comenzó resplandeciente, pero el pronóstico anunciaba posibilidad de lluvias y tormentas por la tarde. De hecho, el clima de esta montaña tiene muy mala prensa. Como curiosidad, Mount Washington ostenta el record de ser el lugar en el mundo donde se ha medido la velocidad más alta de viento en tierra: 372 km/h. Afortunadamente, ayer Eolo se lo tomó con más calma, y a durante el ascenso disfrutamos de algo de sol. La subida nos la tomamos con calma. En algo menos de cuatro horas hacíamos cumbre, almorzamos en un bar que hay en lo alto (no lo había mencionado, pero hay una carretera que llega hasta arriba, así que aquello está lleno de domingueros). Como estaba previsto, el mal tiempo hizo su aparición y la lluvia nos acompañó la mayor parte de la bajada. Eso significó llegar completamente empapados al coche y tener que cambiarse de arriba a abajo. A pesar de eso, nos lo pasamos de maravilla. Está bien que en estos últimos meses estoy volviendo a ir a la montaña. Aunque, como ya he dicho alguna otra vez, las White Mountains no son los Pirineos, son suficiente ‘montaña’ como para matar el gusanillo y disfrutar del aire fresco. Ya hemos estado hablando que, durante el invierno, tenemos que aprovechar la casa de campo de Gretchen para hacer más salidas.

De vuelta en Boston, por la noche, estuve en casa de Dary (Darius), un amigo de la escuela. Este no es el Darius que organiza las cenas de los domingos sino otro, también de origen persa. La excusa para reunirnos era que él y su novia, Becky, se comprometieron hace un par de meses y con el verano de por medio no habían tenido oportunidad para celebrarlo con los amigos. Así que por allí estuve, pasando un buen rato de conversación, oír música, disfrutar de un buen vino y de la hospitalidad de Dary. Entre unas cosas y otras, volví tarde a casa así que esta mañana me lo he tomado con calma. Ahora, a ver si me pongo a trabajar un poco en los deberes para uno de los cursos a los que estoy yendo. No tendría porque hacerlos, pero si realmente quiero sacarle partido al curso, me conviene meterle algo de tiempo.

Aquí os dejo una fotillo del lago que hay justo enfrente de la casa de campo de Gretchen. Esta chulo, eh?

Una conversacion con mi jefe

Ayer mi jefe volvió a la escuela después de sus viajes, congresos, vacaciones, cursos, etc. A media tarde tuvimos una reunión para hacer una lista del trabajo para estos próximos meses y hablar de mi futuro. Sobre lo primero, salieron bastantes temas, proyectos, posibles artículos. Para estas próximas semanas lo primero será modificar la propuesta del NIH (la que me daría financiación para 2-5 años) y volver a enviarla, a ver si esta vez va bien. Miguel lo ve con muy buenos ojos y cree que hay bastantes posibilidades de que me la den. Aparte de esto, quiere que me centre en lo que he estado trabajando sobre enfermedad de Parkinson, porque cree que de ahí pueden salir resultados interesantes, particularmente porque quiere que usemos un nuevo tipo de análisis que no se ha utilizado hasta ahora. Exciting! Lo mejor de mis conversaciones con Miguel es que salgo super-ilusionado con todos los proyectos que van saliendo. El otro gran tema del que hablamos fue las opciones que tengo para el futuro. Además de las universidades donde ya he solicitado trabajo, él me ha comentado otras posibilidades, como trabajar para el NIH, que además de dar financiación para investigar también llevan a cabo investigación, mucha investigación, o en nuevo instituto que se va a abrir en Madrid (el Centro de Investigación Cardiovascular) donde se va a hacer investigación al estilo americano, es decir, permitiendo la inversión privada, teniendo suficientes fondos, pagando sueldos competitivos y evaluando en función de resultados, nada de enchufismos. Sobre esta última opción, ya veremos, porque ahora mismo lo que más me atrae es quedarme un poco más de tiempo por aquí. España estará ahí por un tiempo largo, espero, así que siempre habrá un momento para volver.

Mount Moat pictures

Asi que ya paso el fin de semana largo. Como tenia previsto, esta mannana me fui a la escuela a trabajar un poco. Despues, por la tarde, he ido al cine con Herbert, un amigo 50% suizo 50% espannol, que tambien esta haciendo un postdoc en HSPH. Hemos estado viendo 'Factotum'. La pelicula, basada en una novela de Charles Bukowski, trata de un alcoholico, que en sus ratos libres se dedica a escribir. Una historia un poco deprimente, pero la actuacion de Matt Dillon es muy buena. Eso dicen los 'criticos', y asi tambien me lo ha parecido a mi.
Para terminar, aqui teneis un par de fotos de la excursion del sabado pasado. La que me acompanna es June, la abogada de la que hablaba en uno de mis previos posts y que, como podeis comprobar, no es de origen espannol precisamente (sus padres son coreanos). Por cierto, viendo ahora la foto me doy cuenta que no tenia muy claro donde poner las manos. De ahi la postura tan extranna. En la segunda foto no tuve ese problema. Ah, y no vale decir que estoy muy flaco. Esa historia ya me la se.

Labor Day weekend

El comienzo de curso aquí en los USA viene marcado por el Labor Day, el primer lunes de septiembre. No hay nada como empezar un nuevo año académico con un fin de semana de tres días. Así que, acorde con el espíritu festivo, he estado muy ocupado desde el viernes por la tarde. Pero nada relacionado con el trabajo. Para empezar, en Shattuck International House el viernes por la tarde hubo una barbacoa. Por supuesto, yo no perdí la oportunidad para cenar gratis, saludar viejos conocidos y conocer gente nueva de la escuela. Mi plan inicial consistía en merendar/cenar allí y luego volverme a casa para vaciar las cajas y poner un poco de orden en mi nuevo apartamento. Pero, como suele ocurrirme frecuentemente, los planes se trastocaron. Federico, un italiano, estudiante de doctorado en mi departamento, me comentó que se iba a tomar unas cervezas con otros amigos. Tras un breve forcejeo mental (uf, hay que desempaquetar todo… lo puedo hacer mañana, o el siguiente o cuando sea), me apunté con ellos. Estuvimos en un bar cerca de Fenway, el estadio de los Red Sox. El grupo, totalmente europeo: dos italianos, Federico y Massimo, un griego, Alexandros, una francesa, Caroline, y yo, el español de turno. Entre unas cosas y otras no llegué a casa hasta la medianoche.

El sábado el plan fue ir de excursión a las White Mountains con las compañeras de piso de mi amigo Lope, Gretchen y June. Quedamos a las 7 y cuarto en Central Square, por lo que no dormí suficiente esa noche. Menos mal que yo no tenía que conducir y pude recuperar el tiempo perdido dormitando en el sillón de atrás. Gretchen está haciendo el doctorado en HSPH y June terminó en junio sus estudios de derecho y ahora trabaja de abogada en temas relacionados con inmigración. Nuestro objetivo era Moat Mountain. A pesar de que el cielo estuvo encapotado durante todo el día y anunciaban chubascos para la tarde, las nubes nos respetaron y disfrutamos de una caminata muy agradable. No son los Pirineos, pero aún así hay buenas vistas.

Ya de vuelta de hiking, por la noche, estuvimos celebrando el cumpleaños de Amar, otro amigo de la escuela. Nos juntamos en su casa para tomar unos aperitivos y unas cervezas y después salimos a un bar, The Enormous Room, que literalmente significa la habitación enorme, pero que es un garito pequeño en Central Square donde solo ponen hip-hop y música de ese estilo. No lo que más me gusta, pero sí lo que prefiere Amar.

Finalmente, ya por la noche, empezó a llover. Eso ha impedido que hoy juguemos al fútbol, pero ha tenido la ventaja de que me he podido quedar en casa poniendo un poco de orden. Ya estoy en un 90%, solamente me queda colocar algunas cosas en la cocina y, después, decidir si debo reordenar los muebles en la habitación. Necesitaría una experta en decoración para que me asesorara en esto, así que, Miriam, si te quieres pasar por aquí para darme algún consejo eres bienvenida.

Y, para acabar, esta noche me voy a casa de Charles, que ha organizado una fiesta pre-Labor Day. Esta vez me he propuesto no volver muy tarde, que mañana, aunque es festivo, me gustaría ir a la escuela a trabajar un poco. Entre unas cosas y otras, la semana pasada no pude hacer todo lo que quería y tengo mucho curro acumulado.

Y aquí dejo algunas fotillos de estos últimos días. Esta primera es del jueves pasado, cuando estuvimos despidiendo a Magdalena (en el centro), una uruguaya de la escuela que defendio su tesis el miercoles y el viernes se iba a Michigan, a empezar un postdoc. La de la izquierda es una compannera suya del departamento, pero no me acuerdo de su nombre. Sorry.

Y los de esta foto, de ayer por la noche, son Amar, el del cumpleannos, y Lope, mi amigo colombiano. Buena gente, buena gente.

Raul Alfaro

Escribo solamente para comunicar que esta mannana fallecio Esperanza Moreno, la madre de Raul Alfaro. A principios de agosto le diagnosticaron una leucemia mientras estaba de vacaciones en Santiago. A pesar de que el tipo de leucemia tenia un buen pronostico, porque responde muy bien a la quimio, decidieron empezar el tratamiento alli mismo en Santiago. Desafortunadamente, durante el periodo en el que Esperanza estaba recibiendo el tratamiento y, por tanto, sus defensas estaban disminuidas, adquirio una neumonia. Despues de una semana en la UCI, las cosas han evolucionado mal. He estado hablando por telefono con Raul, que estaba en Santiago con su padre y su hermano, preparando el traslado de su madre a Madrid. Ya siento no poder estar alli para darle un abrazo. En fin, pediros que receis por todos ellos, Raul y su familia, porque es, posiblemente, lo mejor que podemos hacer por ellos.

Un largo dia

Muchas veces me ha ocurrido, cuando me cambio a una casa nueva, que al principio no estoy muy convencido con el nuevo sitio. Esta vez no ha sido asi. Me encanta mi nuevo 'agujero'. Es pequenno pero muy cozy, cuco. A las 5 de la tarde, en algo menos de dos horas, ya habiamos acabado con todo (nada como contar con la ayuda de profesionales). Despues me he tenido que ir a hacer varios recados y, para acabar el dia, me he juntado con unos amigos para despedir a una compannera de la escuela que se va a Michigan como postdoc. El unico problema es que acabo de llegar a casa y me tengo que poner a buscar el pijama, las sabanas de la cama y algo de ropa para mannana. Poco a poco ire deshaciendo las cajas.