Clases de ingles

Ayer pensaba dejar un post en el blog comentando que había comenzado un nuevo curso de inglés. Entre que llegué tarde, que Internet no funcionaba bien, y que estaba mentalmente con el piloto automático, lo he tenido que dejar para hoy. Ahora, aprovechando un momento de relax, mientras me tomo el café de después del almuerzo, voy a ver si consigo acabar esto.

Como decía anteriormente, ayer por la noche tuve la primera clase de mi curso de inglés avanzado. Esta vez las clases tienen lugar en el Boston Center for Adult Education, muy cercita del Public Garden, en pleno centro de Boston. Desde luego que me vendría mucho mejor ir a clases en Cambridge, pero esta vez no había ningún curso de inglés a nivel alto que tuviera un horario que encajara con mi trabajo. Alguno pensará que, después de dos años aquí, tendría que ser casi bilingüe. No es así. Creedme, todavía tengo mucho que aprender. Quizá cuando acabe este curso—son seis semanas—decido ponerme a estudiar inglés por mi cuenta. Sin embargo, me temo que eso se quedaría en buenas intenciones y al final me dedicaría a otros menesteres, menos provechosos, sí, pero más relajantes para después de la jornada de trabajo.

En clase estamos un grupo pequeño, tres brasileños, dos japoneses, un lituano, una mejicana, una salvadoreña, un iraní, y yo mismo. La ventaja de ser pocos es que es mucho más sencillo interaccionar unos con otros y te da menos corte demostrar que, efectivamente, te conviene seguir asistiendo a clases de inglés. La clase termina a las nueve y cuarto de la noche, lo cual no es especialmente cómodo, porque entre unas cosas y otras no llego a casa hasta poco antes de las diez. Eso significa que únicamente me queda tiempo para cenar, chequear el email (si Internet funciona), leer un ratillo y a dormir.

Por lo demás, algunas otras noticias en mi caza de un puesto de trabajo. Hoy me ha llegado una oferta, a través de la Sociedad Española de Epidemiología, sobre una importante compañía farmacéutica que necesita un epidemiólogo en Madrid. El puesto tiene buena pinta y probablemente les envíe mi CV y tal, a ver si se animan a entrevistarme cuando, cual Almendro, vuelva a casa por Navidad. Del resto de las posibles opciones, no hay nada nuevo. Os mantendré al tanto.