Monday, November 20, 2006

Chicago (6): Alma de blues

Creo que la historia se quedó entre fantasmas y deep-dish pizza. Así que después de la pizza, plenamente satisfechos, nos volvimos a casa. El plan para la noche era ir a un bar donde hubiera una banda tocando blues en directo. Después de descartar Kingston Mines, uno de los mejores sitios para oír blues en Chicago pero que te cobra quince pavos por entrar, decidimos optar por Nick’s Beergarden, un tugurio en la zona oeste de Chicago. Antes de escaparnos al bar, teníamos un par de horas para desperdiciar, así que Emily nos recomendó ver en vídeo una película ambientada en Chicago, ‘Ferris Bueller’s Day Off’, rodada en 1986. El actor principal es Matthew Broderick, cuando el chaval rondaba los 18 años. Un bodrio espectacular, pero aguantamos estoicamente. Todo por agradar a la anfitriona. Después de la peli y una frugal colación, cogimos un taxi rumbo a Nick’s. Allí, degustando unas buenas birritias, disfruté como un enano oyendo blues en directo. ¿Qué sería venir a Chicago y no experimentar el blues? La banda tenía un aspecto bastante ordinario, aunque el vocalista, un negrata que de vez en cuando se marcaba unos acordes en la armónica, daba el toque auténtico a todo el grupo. La clientela del lugar nada diferente a lo que te encuentras en un bar de ese tipo en Boston, aunque se notaba que en general era mucho menos sofisticada que la peña que te encuentras alrededor de Harvard Square. Mejor, porque a veces el MITero – Harvardiano medio puede ser de lo más pedante y pomposo. Aunque es apartarme del hilo narrativo, ayer por la noche estuve de cena en casa de Darius (el gran cocinero persa-americano), y mientras degustábamos un estupendo cordero islandés y sopa de calabaza, uno de los asistentes, estudiante de doctorado en MIT, empezó a comentar lo efectiva que era la psicoterapia para el tratamiento de los trastornos depresivos. So interesting. Casi se me corta la digestión. Menos mal que tenía un buen tempranillo a mano que me ayudo a pasar el mal trago.

Y aqui estoy en el bareto de Chicago, con Emily. Lo mas interesante fue comprobar que en el bar se podia fumar y que. tambien, se podia comprar tabaco. Estar en Boston, donde los bares son smoke-free, me hace olvidarme de esto.

2 comments:

erpayo said...

¡Viva el Midwest! ¡Muerte a Nueva Inglaterra!

Franciscus Alonsus said...

Nueva Inglaterra siempre fue la tierra de los puritanos. El Oeste, la del cowboy de Marlboro...