Una postdoc de la escuela, que estuvo de oyente en mis clases, al acabar el curso, como recompensa por corregirle los deberes aunque no era mi obligacion, me regalo una tarjeta de regalo ('gift card') para ir al cine Coolidge Corner. El Coolidge, como se le llama familiarmente aqui, es uno de los cines alternativos del gran Boston. Esta situado en Brookline, en el cruce entre Harvard St y Beacon St, a dos minutos andando de casa de Cari. La tarjeta incluia suficiente dinero para pagar un par de entradas y las palomitas. Entre unas cosas y otras, las semanas y los meses han ido pasando y no habia tenido oportunidad de usar el regalo. Hasta que, el jueves pasado, decidimos que ya esta bien y que teniendo en cuenta que digo adios a Boston en un par de semanas, habia que aprovechar la oportunidad. Asi que fuimos a ver 'Sicko', la ultima obrita de Michael Moore.
Hasta el momento no habia visto ninguno de sus documentales, aunque se de que va la fiesta con el. Moore no es santo de mi devocion y nadie deberia considerarle un ejemplo de informacion objetiva y equilibrada. Pero, aun asi, tengo que reconocer que 'Sicko' me gusto. El tema principal del documental es criticar el sistema sanitario de los EEUU: usando testimonios reales y datos diversos, muestra a la industria sanitaria como un demonio preocupado unicamente por ganar dinero, aunque eso lleve a la tumba a algunas personas. Por otro lado, muestra como los sistemas nacionales de salud funcionan de maravilla, sin problemas (falso), sin dejar a nadie fuera (relativemente cierto).
Viendo el documental, te das cuenta por que hay gente que odia a Moore. Es muy critico, corrosivo, sesgado y un poco mentiroso. Pero si eso lo sabes de antemano y estas de acuerdo con sus ideas de fondo (yo lo estoy, en este caso), te ries un monton. Su humor es realmente inteligente, aunque alguno opine lo contrario. Y sabe meter el dedo en la llaga, apretando donde duele.
Pues yo, pensando de fondo como él en esta materia, no me atrae nada. Lo que distingue la buena de la mala propaganda es precisamente hacer atractivo el mensaje unívoco que quieres transmitir. Moore, al parecer, es un propagandista de excepción.
ReplyDeletePersonalmente no me gusta que me traten como a un niño de baba, ni siquiera para darme la razón, aparte de que mis ideas al respecto supongo que no son tan invulnerables ni inmutables -como en tantas cosas-, resulta muy difícil conocer todos los datos como para poder ser tan indubitable. El cine de denuncia requiere prudencia, un intento de objetividad, honestidad...
No creo que este tío haga bien al cine documental, sinceramente. Me da la impresión de que sus obras nacen de la misma raíz que, por ejemplo, los reality shows, como el que el otro día evacuó la NBC (creo) sobre la mudanza de la Spice Posh a Los Angeles.
Si y no. No creo que el cine de denuncia requiera prudencia, o al menos no siempre. Si esto sirviera para que haya debate sobre el tema, bienvenido. El problema de Moore es que puede sonar a disco rayado y la gente ya no le haga caso... un payaso mas en el circo, carnaza para los anti-americanos de turno.
ReplyDeleteUfff, no sé, el argumento de "si sirve para que haya debate" no me convence del todo.
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