Afortunadamente, el aire acondicionado en mi despacho lo convierte en un sitio realmente apto para pingüinos y osos polares. Y luego me están hablando de conservar la energía, de apagar luces innecesarias, cuando tengo que estar usando una rebequita para poder trabajar sin morir congelado. Bueno, quizá estoy exagerando. Pero en los edificios, durante el verano, hace frío, mucho frío.
Lo que quería decir, y para esto toda la introducción previa, es que ayer suspendieron los partidos de fútbol del Boston Ski & Sports Club (BSSC) por el calor. Una penita, pena, penita (o es una pena, penita, pena?) Cuando por la tarde/noche volvía a Cambridge en el M2, me encontré con Pablo (Marina), un sevillano, hincha del Betis, post-doc en la Medical School. El chico no daba crédito a lo que oía. ¡Suspender los partidos por el calor! Cierto, el bochornazo lo habría echo un poco insoportable. Pero… suspenderlo. Rajados. Lo peor era que Molly, la capitana, se quedó sin jugar su último partido hasta Noviembre. Y la cosa es que este lunes, si Logan International Airport lo permite, Molly saldrá en un viaje de tres meses a Ruanda, para trabajar en su tesis. Buen viaje, Molly.
Bueno, para aquellos que no conoceis a Molly, aqui teneis una foto que nos tomaron en la fiesta que ella organizo en su casa el pasado 1 de julio. Creo que Francis comento algo en su blog.
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