Ayer intente escribir algo, pero el estres me pudo. Aparte de que Miguel quiere que acabe unos analisis antes de mi viaje a Espanna, tengo que preparar para la semana que viene una presentacion en el congreso de la sociedad de los epidemiologos americanos, que sera aqui en Boston. Estoy un poco 'acongojado' con ello.
Antes de continuar con mi historia de Caracas, decir que las fotos que estoy dejando aqui no son las mias sino las que tomo Laura. Asi que nada de echarme piropillos.
Como decia, llegamos a nuestro hotel. Despues de una ducha para eliminar el sudor producido por las temperaturas tropicales, salimos a cenar. Primer contacto con la cocina venezolana. Si a alguien le preguntan que producto alimenticio es tipico de venezuela, lo primero que se le viene a la cabeza es el ron (Cacique y cosas asi). Alguna comida? No! Como asi? Pues porque no hay nada en la gastronomia venezolana que se pueda exportar. Lo que se puede considerar tipico de aqui son las 'arepas', unas tortas hechas con harina de maiz, relativamente insipidas si no las acompannas con algo mas. La carne no es que sea excelente, y de ensaladas y tal no sabemos: no nos atrevimos a probarlas para que nuestros intestinos no se contaminaran con las bacterias propias del lugar y sufrieramos de lo que comunmente se llama 'diarrea del viajero'. Aqui dejo una foto tomada despues de esa cena. Notese que gracias a nuestra politica de 'no-agua-de-grifo-no-verduras-frescas' presentamos un aspecto de lo mas saludable.
El sabado 2 de junio por la mannana fuimos a un pueblito cercano a Caracas, con mucho mas encanto que la gran ciudad. El 'casco antiguo' tiene unas cuantas casas, relativamente bien conservadas, con las fachadas pintadas en todos los colores. El villorrio esta situado adyacente a una colina, en cuya ladera se amontonan casa bajas, 'chabola'-style, al mas puro estilo favela brasileira pero en pequenno (ver la ultima foto).
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